Esto es así: por alguna razón, no me gustan las mariposas. Ustedes dirán “que insensible, son un símbolo hermoso de belleza y de naturalidad” “¿no te parecen mágicas y únicas?” Y… mirá…- te voy a decir yo- lo que pasó fue lo siguiente: una mañana subiendo al auto de mi padre para ir al colegio encontré una mariposa muerta en el asiento, de esas con alas naranjas y manchas negras, típicas y simbólicas de este grupo de insectos alados. El caso es que esa bonita mariposita no era más que una oruga peluda con alas. UNA ORUGA PELUDA Y FEA. A ver si me seguís el concepto… Así que de ahí viene mi no-afición por estos diminutos seres portadores de bondad y coloridas estampas anti-depredador.
Sin embargo debo admitir que la imagen que encuadra este pequeño texto sí me agrada… Tal vez sea por la luz… por las gamas… Pero algo me inunda de paz y energía cuando la veo, y me gusta, y no deja de ser una evasión a la realidad, repetida en tantos aspectos de nuestras vidas y en mí ahora representada en esta indefensa entelequia que vista tras los ojos de distintos pares puede ubicarse en el podio de las maravillas o en el pozo de lo más desagradable.
Ailén
1 reflexion/es:
Realmente estas chapa chapa¡¡¡¡¡¡
QUIERO MIS PIEDRAS FEAS¡¡¡
Nos vemos
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