lunes, 26 de octubre de 2009

Inquietud quimérica

Pintura: Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar de Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech


Y el sueño te atrapa siempre, aunque con todas tus fuerzas intentes despegarte de sus garras, opresoras pero sensibles, desapercibidas aunque totalmente resueltas. Te esconde de lo adverso y te sepulta en tus mas temibles secretos y sensaciones, hasta dejarte totalmente indefenso, sin resguardo alguno y a la merced de tu inconciente. El amparo de tu lógica ya no existe, pues se desintegra aunque tú creas lo contrario. Todo parecerá tener sentido: el vuelo, la mezcla de hogares, el lento golpe que jamás llega a destino, el dolor, la caída, la respiración entrecortada por haber muerto, una vez mas.

Freud sostenía que todos los sueños se relacionan con deseos de x índole, que permanecían absueltos en la vigilia y revivían durante este estado cuasi vegetativo que todo ser vivo padece cuando el motor que los enciende ya no da para mas. Casi mágico es ese mundo que nos espera al final de cada día, que constantemente representa nuestros anhelos imposibles, aquellas fantasías de las que el ser humano no puede deshacerse por el simple hecho de la ambición, de la interminable sed por lo inverosímil.

Pero ahora solo quiero dormir, y no acordarme de aquellas voces.


Ailén

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