lunes, 21 de diciembre de 2009

La furia de los Dioses


Cuidado: los planetas se acercan y tú no eres más que polvo de sus huesos.


Uranus, dios del cielo, hijo y esposo de Gea, diosa de la Tierra, no tendrá piedad por tus suspiros, que se perderán apenas el comprima con su pecho las almas del mundo.


Neptune, hijo de Saturn y Ops, hermano de Jupiter, gobernador de aguas y mares, estallará las fosas de la oscuridad, mostrando a la luz las criaturas a las que jamás se les habia permitido escapar de la cárcel del olvido.



Saturn, dios de la agricultura y la cosecha, hará polvo las semillas de la creación y se empachará en granos hasta que la codicia de su avaro estómago detone en inmundicia.


Jupiter, rey del cielo y de la tierra, solo se preocupará por la energía de tu piel, que utilizará en la creación de los rayos que destruirán todo a su paso, menos a las mujeres, que en apetito amoroso sucumbirán entre sus muslos.





Pluto, dios del inframundo, morirá de ansias por recibirte, encantado de ofrecerte a las aguas de sus oscuros canales, decorados con gritos y traiciones.

Sun, Helios en la mitología griega, gran representante de los titanes, radiará como nunca y su luz cegará y quemará hasta su carro alado que ya no podrá pasearlo por los cielos, ahora destruidos por Uranus. Y por su impulsividad resplandecerá aun más, hasta iluminar el universo y colmarlo de blanco, desapareciendo a los dioses y abandonándolo en su soledad, deseoso de morir junto a las estrellas.


Ailén

sábado, 19 de diciembre de 2009

Hálito del romanticismo


Imagen: Viajero frente al mar de niebla, 1818, de Caspar David Friedrich.



Completamente liberada, caminaba hace unos días, con la libertad escurriéndose por mis labios. Nada me detenía, no había ninguna cosa que me perturbase; estaba en paz con mis pasos y con el viento que soplaba en boca de los felices. Es simplemente indescriptible el cesar de las responsabilidades y el comenzar un nuevo caminar, y mas increíble es aun el hecho de sentir que durará por tanto tiempo. Siento eso, siento que el tiempo pasa lento, pero ocupado, detenido en cada momento de complicidad y risas, así de claro: perfecto. Los proyectos surgen y exasperan, gritan ansiedad y apuran a la arena, que cae y cae pero no se preocupa en volar. Me cubren ilusiones de un lila arrebatado, de nieve limpia y luces impasibles tras el céfiro húmedo del cielo. Se me traba el paladar ante las nuevas lenguas y siento frío ante las fantásticas brisas, y por supuesto: me encanta. Quiero los sueños, te quiero a vos, todos a una maleta y en viaje por lo desconocido.



Ailén

viernes, 11 de diciembre de 2009

Discurso de egresados



A veces es increíble pensar que muchos de nosotros hemos pasado ya 15 años en esta comunidad, juntos en cada momento, ayudándonos mutuamente y conviviendo día a día. Prácticamente podemos perfilarnos con los ojos cerrados, somos capaces de evocar el timbre de cada voz, y más que nada, guardamos de cada uno, un recuerdo que jamás se perderá en el tiempo.

El colegio es para muchos y aunque algunos así no lo crean, un segundo hogar, una segunda familia. Aquí nos hemos formado no solo a nivel intelectual sino también a nivel persona. Hemos aprendido el valor de la responsabilidad, la obediencia y la constancia. También conocimos la amistad, la complicidad. Los guiños y las muecas particulares las aprendimos de memoria, fundando un lenguaje secreto que nos caracterizó como grupo, hábil de comunicarse de manera única, con respeto y elocuencia.

Recordamos los chistes, las frases, las anécdotas y las risas matinales que tanto nos alegraban la ya conocida rutina. Y ahora pensamos y no queremos que la rutina se vaya, porque tenemos miedo de no volver a ver ciertos rostros, de no lograr conseguir las mismas confidencias con las que tanto nos identificamos. Pero luego, nos damos cuenta de que este es un camino que recorren todos y que en su punto cúlmine se bifurca, para darnos esta nueva imagen que se nos presenta. Como todo lo nuevo, inhibe; nos tienta a retroceder, gritar, pedir que por favor se detenga el tiempo. Pero todo sigue y somos nosotros los ahora indicados para aprovechar, orgullosos, cada oportunidad que se nos presente. Estamos preparados, lo tenemos más que claro; gozamos de todos los medios para seguir en contacto con quienes más apreciamos; tenemos el apoyo familiar, institucional y de nuestros amigos de manera incondicional para cuando no sepamos cómo proceder… en pocas palabras, tenemos la base, los cimientos completos, las columnas… y es a nosotros a quienes resta completar el edificio. ¿Por qué tenemos miedo, entonces? Riamos, disfrutemos, y hagamos de esta nueva etapa de nuestras vidas, la más maravillosa de todas.


Ailén