martes, 13 de octubre de 2009

Si no interesa... no interesa


¿Que ocurre si tu mente se hunde en un pozo de distracción? En una clase solo escuchás un bla bla bla continuo al ritmo de érase una vez una nena tonta que se perdió en el bosque y se la morfó un lobo. Genial, al menos eso tiene más acción que tu clase de química. Y pensar que antes el humano se preocupaba a penas por protegerse de una fiera gigante que amenazaba con hacerlo desaparecer dejando por pena un taparrabo como recordatorio a su familia. Pedazo de tragedia.

El caso es que ahí estás por el solo hecho de estar: con tu peso reposando en una incomoda silla que pareciese tener cadenas invisibles con las que retiene tú físico, pero claro, no tu mente. Tu espíritu divaga en lo que el otro cree es algo constructivo y de valor metodológico-experimental (¡¿que?!), y lo disfrutás, amás volar en pensamientos sin sentido, en fantasías tal vez un poco morbosas teledirigidas al blanco principal: el emisor del estúpido mensaje que definitivamente NO debería estar ocupando tu mágico tiempo.

Pero bueno, continuás la rutina desperezado y rogás que la hora se escurra entre las falsas agujas de los tantos relojes digitales. Esperás con impaciencia el timbre de tu liberación y cuando eso sucede… ¡crack! Se quiebra el puente de las ideas y tus pies tocan la fresca y suave tierra, pero firme, capaz de sostener el peso de tus piernas, enloquecidas por escapar de aquella cárcel que solo mantenía en pausa la maquina de tu imaginación.

Ailén

0 reflexion/es:

Publicar un comentario