Meandros de recuerdos y sumas de arrepentimientos. Y dudas, muchas dudas. A veces uno se pregunta ¿Qué estaba pensando cuando le dije que sí? Mon dieu, sí que estaba loca. Menos mal que uno madura porque sino serían tropiezos tras tropiezos. Sin embargo mi verdor no tardó en llegar, como tampoco tú. Tranquilidad. Ahora nada puede arruinarlo.
Ailén
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