Mira sus ojos. ¿Acaso no es perfecto el bamboleo de sus parpados cuando se hace el distraído? Admítelo, te vuelve loca. Sin embargo te cuesta asimilarlo en el momento y lo piensas mucho después; te arrepientes de no habérselo dicho ni bien fijó su mirada en la tuya, firme y sin preocupaciones. ¿Porque no se lo dices? Si puedes decirle cualquier cosa. Puedes decirle que te bese frente a miles de personas y que baile contigo un vals aunque el rock & roll estalle las paredes.
Ailén
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